Saludos amigos, les queremos compartir reflexiones y recomendaciones para un mejor día a día gerencial y corporativo y esta vez lo hacemos enfocándonos en la eficacia gerencial y lo hacemos con este nuevo artículo que esperamos sea nuevamente de su agrado como todos los anteriores.
Todos sabemos que toda empresa necesita de metas, objetivos y resultados para permanecer en el mercado, pero ¿Cuántas veces nos cuesta lograr que las metas se cumplan?
Como gerentes nos puede pasar que en el afán de que todo esté bajo nuestro control, nos sobrecargamos de actividades y nos cueste delegar.
Para lograr el resultado deseado elaboramos estrategias, planes, objetivos, asignamos recursos financieros, humanos, nos dotamos de insumos que se requieren, entre otros, los cuales requieren organizarse por medio de tareas específicas, las que a su vez hay que asignarlas a personas o equipos de trabajo.
Aquí es donde entra en juego la fase gerencial de delegar adecuadamente y que mejor que recurrir al estilo de liderazgo orientado a las tareas ya que es adecuado para organizar estos planes y tareas y asegurarse que las metas se cumplan.
Pero es muy importante determinar el orden de realización de cada tarea y cuál es la secuencia por seguir. A cada tarea se le debe asignar una fecha límite de realización y se le debe dar seguimiento, hasta que cada tarea y proyecto sean completados.
Para esto es bueno tener presentes las siguientes preguntas como líder:
- ¿Cómo lo harás? Delimitar el proceso y las tareas que se tendrán que ejecutar para lograr los objetivos (Organización)
- ¿Qué harán? ¿Cuáles son los objetivos planteados y cómo los van a lograr? (Planificación)
- ¿Quién lo hará? Definir roles (dotación de recursos delegar y ejecutar una buena dirección)
- Establecer tiempos y supervisar que cada uno esté llevando la tarea en la forma y tiempo estipulado (Supervisión)
Por otra parte, se debe delegar el trabajo a las personas adecuadas.
Muchas veces esperamos hasta estar muy sobrecargados para considerar urgentemente la delegación.
En este sentido juega un papel determinante mostrarnos como personas vulnerables, es decir, honestos y cercanos, así como humildes, sin tener que tener todas las respuestas, incluyendo el «No lo sé». En este momento cobra fuerza confiar en nuestro equipo y trabajar conjuntamente.
En este artículo queremos compartirles los siguientes principios clave referidos por Martin Zwilling, (fundador y ceo, startup professionals @startuppro) para que, al delegar, lo hagamos óptimamente.
1. Dé a todos al menos una oportunidad de ganarse su confianza. Realmente no sabes de lo que son capaces los que te rodean hasta que les das una oportunidad. Las personas con menos experiencia necesitan el desafío y con nuestro apoyo como líder podrían darnos excelentes sorpresas.
2. Evalúe cada tarea para tener la oportunidad de delegar. Todos tenemos fortalezas y áreas de interés clave. Delegue para que coincida con las fortalezas e intereses de los demás. Necesita mantener solo las tareas más críticas para su función y delegar otras para que le den el enfoque para sobresalir en las que mantiene.
3. Nunca delegue el trabajo a otros que es legítimamente suyo. La delegación nunca debe verse como una descarga de trabajo no deseado o un equilibrio de carga automatizado. Cada tarea debe evaluarse para determinar su aplicabilidad, prioridad y adecuación a su función.
4. Concéntrese en proporcionar instrucciones claras y orientación. Asegúrese de que tengan las herramientas y los recursos adecuados. Piense en cuando era nuevo en esta área y en lo que le habría ayudado a hacer el trabajo de forma rápida y eficaz si hubiera tenido orientación.
5. Establezca tiempos de finalización y pasos para el seguimiento. Simplemente repartir trabajo y no esperar más participación no es una buena estrategia. Siempre espere verificar los hitos intermedios y esté atento a otros indicadores de buen progreso o problemas.
6. Delegar la autoridad de decisión, así como la responsabilidad. Si insiste en tomar todas las decisiones, realmente no ha delegado la tarea. Asegúrese de que la persona que realiza el trabajo tenga todas las herramientas, los recursos y los derechos de decisión necesarios para realizar el trabajo sin su apoyo constante. La delegación nunca debe resultar en que varias personas hagan el mismo trabajo.
7. Dar reconocimiento por el trabajo bien hecho. Para brindar el mayor incentivo para completar el trabajo delegado e inspirar lealtad y confianza, no olvide brindar la retroalimentación individual positiva que se merecen, así como el reconocimiento de sus compañeros por el progreso y los resultados. No cometa el error de siempre atribuirse el mérito y nunca compartir los méritos por el trabajo.
Tengamos siempre presente que para ser un líder exitoso y lograr cumplir todas las tareas y, por ende, tener los resultados deseados en la empresa, el líder debe cuidarse y no agotarse (permitiéndose ser vulnerable) y debe cuidar a su gente, llevando a cabo estos principios con un liderazgo bien orientado en tareas, se asegurará de mantener felices y comprometidos a sus empleados pues habrá sembrado confianza al delegar y habrá dado nuevas oportunidades a los miembros de su equipo.
Lilian Salama
Psicólogo, coach y asesora corporativa
Avance Integral consultores
IG@avanceintegralconsultores
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